Envidia sana.

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La envidia no es un tópico, es un topicazo. Existe y es verdadera. Lo que pasa que, para no sentirnos mal con nosotros mismos decimos, aquello que al fin y al cabo es la mayor mentira de la historia de “Uy, qué envidia me das, pero de la sana”. Y un cuerno.

Porque analizando el día a día de nuestros quehaceres, la envidia nos invade.

¿Que sales de tu casa a las ocho de la mañana muerta de frio un viernes y ves llegar al vecino del quinto con su chorbi los dos de juerga?, no me digas que no sientes pura envidia y verdadera de la fiesta, no ya que se han metido, sino de la que les queda por meterse. Una forma muy insana intelectualmente de empezar el día.

¿Que llegas  a la oficina y tu compañera, Lili, no ha llegado aún? , no te preocupes, que, ni llegará,  porque ha llamado diez minutos con voz de ultratumba que la pobre sufre una gastroenteritis .Este tipo de envidia es ya me pregunto que si enfermiza, porque es que no solo no es que se vaya a tangar del curro sino que, analizando su aspecto positivo, la de kilos que se va a quitar la muy lista del tirón. Aquí es que, directamente te la suda que se haya pasado la noche vomitando, solo se piensa en cómo le va a quedar la falda tubo de cuero de perfecta, y a una misma , pues no.

También se puede sufrir una especie de envidia bipolar muy peligrosa cuando ves a esa,(sí, esa,cursiva despectivo) la de los tacones. Esas malvadas que no se lo quitan en todo el día que parecen que van con el total look todo incluido perfecto, preparadas, lo mismo para la súper reunión que para tragarse el plato del día del bufet libre de la esquina,  y que dan mucho envidia en el trabajo. Porque si tú, no te los puedo poner ni para probartelos, ellas tampoco.

O también sufres este pecado capital cuando la delgada delgadísima tipazo te ve tomándote tu mini tentempié y te dice,” hija, no sé cómo puedes comer tan poco, yo vengo de tragarme tres burgers con patatas fritas, y ya ves que suerte tengo que no engordo nada”. Creo que esta envidia está universalmente justificada.

Creo que esta anomalía tiene su origen  en nuestra adolescencia, cuando nuestras madres , como todo lo haciamos mal, nos ponían de ejemplo a La Fulanita de tal, que tenía veinte carreras, hablaba mil idiomas, tenía un novio piloto y hacia yoga, era monisima y todavía le quedaba tiempo para hacer obras benéficas.

Pues que queréis que os diga, yo esta noche me voy a cenar tres yogures caducados a ver si supero la gastroenteritis de Lili, que a estrategia, como que no me gana nadie. Y crimen perfecto.

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9 thoughts on “Envidia sana.

  • 19 noviembre, 2012 at 11:30 pm
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    Muy bueno. La envidia es el verdadero deporte nacional

  • 19 noviembre, 2012 at 11:45 pm
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    Pues yo que quieres que te diga querida amiga ¿Querida? ¿Amiga?
    Yo si que te tengo envidia, envidia porque eres lista,más lista que el hambre,más lista que yo,porque escribes bien, mucho mejor que yo,y encima guapa,y la ropa te queda bien ,muy bien, y en las fotos sales espectacular y eres divertiday ..y..
    Jajajaja, sigue asi guapisma,y sigue divirtiendonos tan bien como lo haces

  • 19 noviembre, 2012 at 11:55 pm
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    Y cuánta razón tienes, amiga, eso de la envidia sana no sé quién lo ha inventado… Seguro que los mayas, como todo…

    Un beso!

  • 20 noviembre, 2012 at 12:28 am
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    Tu crees que con tres yogures caducados…… jajajaja. Pues te digo lo que decia mi madre, «no la envidies tanto que de puertas para dentro no sabes lo que tiene» Tal vez esos novios que ves a las 8 a las 805 hayan roto, tu amiga hiperdelgada zampa hamburguesas puede que acabe abrazada a la taza del wc para mantenerse así.o puede que a mega divina ahogue sus penas con la visa…. Yo no soy muy envidiosa, algo sí claro, ;-P pero no cambio nada de lo que tengo. Poco sí, pero lo suficiente para ser la envidia de muchas, y es soy feliz así.

  • 20 noviembre, 2012 at 7:41 am
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    Mi amor engordaría más tu autoestima que lo que adelgazarías con la incesante práctica física a la que nos arrastraría.

  • 20 noviembre, 2012 at 3:23 pm
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    ,

  • 21 noviembre, 2012 at 5:38 pm
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    Yo me miro al espejo y siento envidia de mí mismo… como la vida misma.

  • 2 diciembre, 2012 at 3:54 pm
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    Genial silvia!! Lo de envidia y «sana» es incompatible!! Jajaja

  • 20 febrero, 2013 at 4:03 pm
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    Jajajajajaja, yo siempre lo he dicho, la envidia sana no existe
    Y quien diga lo contrario, miente.
    Genial post, jajajajajja, me ha encantadoooo.
    Rubia explosivaaa, muuuuak.

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