Nomentiendas

Envidia sana.

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La envidia no es un tópico, es un topicazo. Existe y es verdadera. Lo que pasa que, para no sentirnos mal con nosotros mismos decimos, aquello que al fin y al cabo es la mayor mentira de la historia de “Uy, qué envidia me das, pero de la sana”. Y un cuerno.

Porque analizando el día a día de nuestros quehaceres, la envidia nos invade.

¿Que sales de tu casa a las ocho de la mañana muerta de frio un viernes y ves llegar al vecino del quinto con su chorbi los dos de juerga?, no me digas que no sientes pura envidia y verdadera de la fiesta, no ya que se han metido, sino de la que les queda por meterse. Una forma muy insana intelectualmente de empezar el día.

¿Que llegas  a la oficina y tu compañera, Lili, no ha llegado aún? , no te preocupes, que, ni llegará,  porque ha llamado diez minutos con voz de ultratumba que la pobre sufre una gastroenteritis .Este tipo de envidia es ya me pregunto que si enfermiza, porque es que no solo no es que se vaya a tangar del curro sino que, analizando su aspecto positivo, la de kilos que se va a quitar la muy lista del tirón. Aquí es que, directamente te la suda que se haya pasado la noche vomitando, solo se piensa en cómo le va a quedar la falda tubo de cuero de perfecta, y a una misma , pues no.

También se puede sufrir una especie de envidia bipolar muy peligrosa cuando ves a esa,(sí, esa,cursiva despectivo) la de los tacones. Esas malvadas que no se lo quitan en todo el día que parecen que van con el total look todo incluido perfecto, preparadas, lo mismo para la súper reunión que para tragarse el plato del día del bufet libre de la esquina,  y que dan mucho envidia en el trabajo. Porque si tú, no te los puedo poner ni para probartelos, ellas tampoco.

O también sufres este pecado capital cuando la delgada delgadísima tipazo te ve tomándote tu mini tentempié y te dice,” hija, no sé cómo puedes comer tan poco, yo vengo de tragarme tres burgers con patatas fritas, y ya ves que suerte tengo que no engordo nada”. Creo que esta envidia está universalmente justificada.

Creo que esta anomalía tiene su origen  en nuestra adolescencia, cuando nuestras madres , como todo lo haciamos mal, nos ponían de ejemplo a La Fulanita de tal, que tenía veinte carreras, hablaba mil idiomas, tenía un novio piloto y hacia yoga, era monisima y todavía le quedaba tiempo para hacer obras benéficas.

Pues que queréis que os diga, yo esta noche me voy a cenar tres yogures caducados a ver si supero la gastroenteritis de Lili, que a estrategia, como que no me gana nadie. Y crimen perfecto.

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Cosas de la edad.

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Hay una época de tu vida que entras en una dimensión desconocida. Es ese momento en que cumples años (no digo cuantos porque según quien puede variar como la prima de riesgo) y no se sabe si eres niñata, señora o señorona. A esta época la titulare “Yo y mis circunstancias”.

Te ves muy joven haciendo según que cosas y muy mayor haciendo las mismas que las anteriores pero otro día diferente, si, ese día que te vienes arriba, te vuelves alternativa, y te pones el golpe de mini y de tacón que te crees invencible y cuando suben tus fotos al instagram al día siguiente te ves hecha una mamarracha. Pasas del hay que ver lo buena que estoy para la edad que tengo al Yo ya no tengo edad para esto, en tres horas de diferencia.

Es ese día por ejemplo, que vas de Shopping y te atienden una dependientas pijas  que al entrar y verte jovial y con ganas de comprar te dicen: “Cariño, ¿en que te puedo atender?”, y cuando se dan cuenta que cada cinco minutos vas aumentando de talla, y que nos vas a comprar nada,  te abren el probador con muy mala leche y te gritan a lo Falete: ¿Como le queda señora? Y ahí estas tu delante del espejo en medio bolas con los calcetines hasta la rodilla y tus agujeros de celulitis. Te puedo asegurar que saliste de tu casa con tres de ellos y vuelves medio depresiva después de escuchar lo de señora con cinco. Puede llegar a ser algo muy traumático.

Otro tema escamoso es salir de copas, y soltar la tontería mas absurda que haya escuchado: “Yo es que prefiero salir al mediodía porque me veo ya muy puretar para salir de noche”, y resulta que claro, has salido de Señora muy derecha desde el mediodía y vuelves a casa con una cogorza como una niñata cual Spiderman agarrada a las paredes taconazo en mano. Sales con tus pelos planchados y vuelves con los mismos, pero enredados.

Lo del peso, altura y medida seria lo mas interesante, cuando eres una niñata te da igual haber engordado 320 gramospero de señorona es el fin del mundo, ves a todas las teenagers con sus tipines zampándose el bocata en la piscina, y te crees que tu, con tus ataques hormonales  te puedes zampar tres hamburguesas en un día, de niñata, y que no va a pasar nada porque a la semana siguiente vas a sobrevivir a base de agua, te verde y brócoli, como una señora. Me parece a mí que no somos conscientes que si las buenorras del “Espacial Qua” tienen que adelgazar, las normales por lo bajini, osea nosotras, pues también.

Para mi, señores el tema viene siendo preocupante, ya que con esto de la edad, me he dado cuenta que me molesta mucho mas olvidarme el pintalabios en casa de niñata, que la dignidad de señora, y claro, después pasa lo que pasa, que no tengo perdón de Dios.

NOTA: Este post ha sido publicado en la revista Southchic.nº8.

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A dieta, los lunes.

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Mi vida no es una película, mi vida es un peliculón, un dramon o un melodrama: Estoy a dieta. Y empiezo el lunes.

Por mucho que lo intente no paso de la primera semana, me prometo a mi misma no subir de los cincuenta kilos y los lunes para mi es una tortura, me meto el pateo hasta la oficina, llego deshidratada,  se me pone una mala cara  que ni te cuento, que mis compis es ni entrar  al verme llegar,  me preguntan que qué me pasa,  que qué mala cara, que vengo sin maquillar  y les cuento que estoy a dieta. «Pues no te está sentando muy bien» me salta una, que tengo que tener ganas hasta para tener ganas y que yo no valgo para eso.

De lunes a viernes no me la salto, horario laboral dietético, el sábado y domingo descanso, y claro si durante la semana he puesto toda la carne en el asador para cumplir mi plan a rajatabla,es llegar el finde y se me va la cabeza, me tiro a las calles y me como todo fuera de casa lo que no me como dentro.

El tema es que me dio por empezar a hacer deporte con una amiga, ella hacia Pilates y yo yoga, que decía mi marido que eso no era deporte, era filosofia y que era la gimnasia de los flojos. Pues yo iba, lo quería hacer todo el primer día y claro me daban unos bajones de azúcar que paralizaba la clase, la gente mayor se quejaba de sus achaques y no sabian que yo era la que estaba peor de todas. La gente protestaba y al final acabaron echándome.

Da igual , una tiene que ser consciente de su realidad, no hacia bien las posturas, que entre la  Tadasana, la Adho Mukha Svanasa y la Trikonasana , acababa desorientada y solo con escuchar los nombres me imaginaba suculentos platos chinos y salia con mas hambre del que habia entrado.

También existe otro tipo de deporte que es directamente no comer, y librarte de las salas de tortura que son los gimnasios, eso es lo que voy a hacer, para lo que queda de buen tiempo me pongo a piña y a alcachofa hervida y lel resto, me lo tapo con el cuello vuelto y el abrigo que ya no hay nada que enseñar. Ya vendrá mayo y los tratamientos intensivos, y las ultra cremas de mañana y noche, y esas cabinas divinas, total esta todo inventado.

El otro día fui a una boda, me puse pintaita y guapa y a la hora de meterme el traje tire de faja, de las ortopédicas color carne, de las de toda la vida. Me trinco mi marido metiéndome una pierna, y en un ataque de sinceridad me dijo que qué mas dá como me quedara el traje, que yo con la edad lo que estaba era mas atractiva e interesante. Y es que estos tíos no se enteran .Que yo no quiero ser «atractiva» o «interesante» o como se llame. Yo lo que quiero es estar buena y ya está. Y eso como mínimo.

 

 

 

 

Encuadrame, por favor.

 

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El otro día tuve una reflexión muy importante por llamarla de alguna manera.Resulta que ,con lo fácil que es hacer feliz a una mujer ,os empeñáis en conseguir todo lo contrario.  Este pensamiento no viene así a bote pronto, sino del cabreo monumental que me pille después de repasar y examinar las fotos del verano con mi chico por unas paradisíacas islas. Quise morirme.

Será un vicio extraño que tenemos las mujeres ese de tunear las fotos, el «fotocho casero», el de un tono mas claro para la piel y de recortar el encuadre para que las mollas desparezcan.

Como este verano se me ha dado muy bien la moral distraída y la relajación mental he pasado tres kilos de los efectos, encuadres e intensidades de luces así que a mi modo de ver os dejo unos consejos para evitar las peores fotos de un viaje.

– Estate muy quieta tipo estatua de sal y ensaya la postura exacta antes de que tu chico vaya a disparar. Lo primero por favor asegurarte y esto es muy importante, bloquea la opción video porque sino tu foto se convertirá en un reportaje sonoro de todo lo que precisamente no querrás escuchar:” Espera que encojo barriga, se me ven muchas tetas, la molla esta no la saques” o ruidos extraños en medio de la nada de procedencia desconocida. Te digo yo que aunque seas un palo clavado en la arena saldrás movida y lo que es peor desfigurada

– Marca una distancia de seguridad tipo “espere su turno” de los bancos, si no es que no hay forma. Ni que se acerque mucho, que te sacaran arrugas de donde las tienes o un rostro tipo hombre elefante, o que, ni se aleje demasiado porque perderás cualquier tipo de contacto visual y vuestras voces se apagaran en la distancia, es así de duro pero comprobado,» ¿Que me eche para donde? ¿Que me ponga mas que?, Cariño no me entero, joder que es una foto» Degenerando el arte de posar en una conversación inicial para después pasar a categoria cabreo de lo mas absurdo.

–Aléjate de sitios concurridos, esto te evitara que salga a tus espaldas, el niño que juega con el balón. Una bolsa de plástico. La toalla que perdisteis pero que salio en la foto. El morreo de la pareja. La tía special K.,esa seguro que sale , una pandilla posando que no viene a cuento, un fondo borroso y concurrido a la vez, las piernas de otra special K. o un torso sujerente, de mujer por supuesto. Y sobre todo para estar divinas el efecto cegador del sol a contraluz evitarlo, si podeis .Apareceras pelirroja y pelo de abuela.

– No estrenes cámara ultimo modelo, porque tu chico la hará de su propiedad, te dirá que sabe manejarla y que como él ,no la entiende nadie. Te apuesto lo que quieras que el día que tengas el conjuntazo, el pelo ideal, relajada y monísima, la postura idonea a lo Elsa Pataki y el entorno adecuado, le da al boton que no es , se jode el zoom ,no se que del diafragma o el tripode y por supuesto la culpa sera de la cámara o tuya por no haberle consultado, resumen se la carga alli mismo, porque no olvidemos que tu no entiendes y el si.

Así que mi consejo es, inmediatamente cuando os hagan una foto confiscar de inmediato la cámara o el iphone para en un segundo rejuvenecerte diez años, ay calla, el iphone no, que en todos sitios cuecen habas y después pasa lo que pasa que como una se hace las fotos no se las hace nadie,  me vengo arriba una tarde de estas y me da por hacer un Olvido y me vuelvo musa erótica, mira pues no me importa, siempre que me hagan el encuadre perfecto. Y eso pocos saben hacerlo.

 

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¿Y vosotros como haceis las fotos?

Planazo de verano.

Este verano: Planazo. Llevo todo el invierno que no veo el momento desde que en la pelu me hablaron de «Markina Plin, complejo de vacaciones», un superbalneario turístico estilo a Las Vegas pero más del pueblo. Unos precios tiradísimos, que me voy a ir una semanita, porque haciendo cuentas, me sale más tirado que quedarme en casa.

Total no tengo mejor plan, mi intima amiga ha dejado al novio de toda la vida a punto de casarse y a mi me ha dejado mi marido con el que estuve a punto de no casarme, eso si que son paradojas de la vida y juegos del destino.

Asi que desde Semana Santa llevo haciendo la operación bikini, pero al revés, y me ha plantado en pleno mes de agosto con unas redondeces que ni la Marilyn ,mira, con decirte que el triquini plateado que el año pasado me quedaba clavado  este año me queda que parezco una cuadro abstracto. «Ay, mira por Dios que ni aunque encoja barriga». Miss Blandengue que me llaman.

No me queda otra, o apechugo con lo que tengo o me voy a una playa de Túnez, me mimetizo con el ambiente y solo enseño las pestañas. Pero he visto el cielo abierto. Nos vamos mi amiga y yo a un complejo turístico de estos cañis profundos que te lo dan todo y nosotras a darlo todo. A achicharrarnos viva. A no comer, a solo beber y a lo que sea.

De estos balnearios a lo bestia, que hay de todo, y mientras mi amiga duerma el resacón del día anterior yo me este poniendo unas tetas nuevas. Si, como te lo digo, que el Resort por tener tiene hasta centro de belleza, y quirófano, que puedes  hacer el check-ing como María José y el check-out como José Mari  y más a gusto que un arbusto.

Hay mil piscinas y llevo tres bikinis, no se como lo voy a hacer para los outfits, pero lo mío son las noches temáticas, que ahí es donde se ligotea de verdad, pienso asistir a todas, la “Nochevieja en verano” no me la pienso perder, dicen que van a poner unas cañones tirando nieve a punta pala, allí que me planto yo delante de uno y me ahorro de paso el rejuvenecimiento facial, y si me da por desnudarme, el corporal.

Mi amiga ha visto los comedores por internet y dice que van a ser las Vacaciones en el mar de su vida pero en tierra, ella es un poco fashion victim, la verdad. Vamos dispuestas a todo, total yo ya a mi ex lo he dado juridicamente por desaparecido, pero en el fondo estoy deseando que cuando me vea con mis tatuajes y mi nuevo cuerpo, no sepa de momento con quien ha estado casado que eso  de entrada acojona.

Pues si hija, ya ves, que me voy con la excusa del estres y vuelvo tuneada que voy a entrar en mi casa a la vuelta como Lluvia de estrellas, transformada y desfragmentada de pe a pa, con veinte años menos pero digna. Un caprichito que es verano.

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Erótica Power.

 

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Vivo sin vivir en mí. O me tiro al cuello de mi jefe, o me va a dar algo. Si antes digo: “No, a mí esto nunca me va a pasar”, antes caigo. Si es que soy una bocazas. Ya no sé como disimularlo y estoy que me subo por las paredes.

El viernes tuvimos jaleo en la oficina,  la “Party Summer” que le llaman, la de todos los años en verano, esa fiesta que llegas monísima con tu ampolla flash y recién peinada de la peluquería y terminas con los pelos enredados. Es como una fiesta hippy chic en la que todo el mundo empieza de buen rollo y todo el mundo acaba confesando sus miserias. Una cosa es querer llegar con ganas de comerte el mundo y otra acabar comiéndote lo primero que se te ponga por delante.

Al becario se lo rifaban, ya ves, ese angelito , entre cuarentonas hormonadas catadoras a granel de cocteles festivos, no se ha visto en otra. Y allí estaba yo, la líder de la banda, que fue beberme la quinta copa de color azulón y soltar lo que me atraía mi jefe. Es que veía uno al lado del otro y no hay color. Dos hombres hechos a sí mismo, si, pero uno con la visa oro y otro con el cupón descuento de la tarjeta de Ikea, dualidad de caracteres que lo llamo.

Mi jefe es mi jefe y si no lo fuera no me gustaría tanto, es la erótica del poder, empezó conmigo en la empresa, en la mesa de al lado y del de “Pásame la grapadora”, no pasaba. Fue después de una Junta Directiva cuando lo ascendieron y media oficina lo peloteaba. Es bajito, con gafas y regordito pero tiene su morbo, es investirlo de poder por la mañana y tener más adeptas que Lady Gaga en el Twitter por la tarde.

Asi que tanta pasión oculta tenía que explotar por algún lado, y, ya ves, se me escapó, fue pegarle el último sorbo al coctel y parecer el suero de la verdad, ahora la peña me mira raro porque es pasar por la puerta de su despacho y entrarme un sofoco de campeonato, me pongo roja como Heidi y me sudan las manos. La “acoso y derribo” me llaman.

Yo pensaba que lo de la erótica del poder era una milonga, pero cada vez que me lo cruzo le hago una caída de pestañas a lo Marilyn, pero ni por esas. Ni me mira, para el soy una plebeya. Cualquier día me lanzo a la aventura, total, tal y como está la cosa y con los recortes presupuestarios, lo mismo nos quedan en este curro, dos telediarios ; que lo mismo ya, el año que viene , adivina quién es quién, que ni él es jefe ni yo estoy en la empresa. Ni nada de nada. Vete tú a saber.

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Este texto ha sido escrito para su publicacion en la revista http://southchic.com/ Southchic de moda, estilo y belleza.

¡A disfrutarla!

 

El antiligue.

 

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Si conoces a un tio y a las dos semanas le cuelas el cepillo de dientes en su baño: error. Pero si encima no se lo dices e intentas tangarte y lo descubre el mismo: Gran error. Hay cosas, que no es que no se deban hacer: es que, nuestra consciencia humana las debería prohibir por el bien de una misma.

Es como esa horterada de las citas a ciegas, que son eso, cita a ciegas porque si de verdad fuéramos conscientes del daño que puede ocasionar en nuestra dignidad no acudiríamos, y nunca mejor dicho, no es más ciego que el que no quiere ver.

Ahora centrándonos, hay unas reglas esenciales que hacen que un rollo no dure más de una semana, porque los tíos salen huyendo cual Ñu despavorido.

–          Ponerte a hablar en las primeras citas como una loca, sin parar de comer y enseñándole las 1567 fotos de 2000 que hiciste en la fiesta del colegio del hijo de tu mejor amiga. La cena acabara antes del primer plato.

–          Si aun no has tenido suficiente, pregúntale si esta gorda, si te queda bien los vaqueros y si le gustan tus zapatos o si deberías cambiar de peinado, lo mismo me da que me da lo mismo, porque te aseguro que daría su vida por ser el hombre invisible.

–          Acúsale de querer ligar con la camarera buenorra ,la de las tetas apretadas, que sí, que el pobre las ha mirado, pero que analiza la situación, tú también. Por supuesto en esta situación no se te olvide que es muy importante para que el chavalito no te vuelva a llamar nunca más, preguntarle que quien está mejor ,ella que usa una 95 o tú, que con relleno no llegas a la 70. Es obvio. Ahórrate en disgustos.

–          Por supuesto súper importante, si el pre-ligue es tipo transcendental y te pregunta cómo te imaginas tu futuro no le sueltes ,sin anestesias, que con él, casada, rodeada de niños en una casita adosada y cinco perros; porque sería muy normal que te dijera: “Voy a por tabaco, y ahora vuelvo”. El resto de cómo acaba esta historia la conocemos.

–          Una cosa que no falla: Referirte a él como mi novio, mi chico, gordi o cualquier sucedáneo, aquí también se incluyen diminutivos de nombres y alteraciones gramaticales, tipo Borji de Borja, o ratita de Miguel o da igual como se llame. ¿Ratita? yo también huiría.

–          Y para conclusión y de las más importantes, si habéis tenido una pequeña bronca pero sin importancia, nada más que llegues a tu casa, llámale. Y si no te devuelve la llamada, llámale otra vez. Esto simultanéalo con wassap. El que no vuelvas a saber nada de él está asegurado.

Asi que, ni rollos en la primera noche, ni neceser camuflado al tercer día, ni ocupar cajones de la cómoda ,ni cotilleos estresados cual Hércules Poirot por su casa. Porque le darás miedo y pavor. Y ellos no son como nosotras, ellos se asustan con cualquier cosa, y son unos exagerados, porque, total dos muditas de nada en casa ajena el segundo día de ligártelo no le hacen mal a nadie. ¿O sí?

¡Contadme¡

¿Qué me pongo?

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Cuando las mujeres nos probamos nuestros conjuntitos y os preguntamos con voz pelota: “Cariño, ¿qué tal me queda?”, tenéis que responder con un “Ideal”, aunque sea falso y   cuando la pregunta sea:”¿ Cómo estoy?”, tenéis que afirmar rotundamente: “Impresionante”. Las medias tintas no valen. Debéis endulzar la verdad.

Nos molesta mucho , que, cuando nos probamos el último conjunto y os lo enseñamos , digáis esa frasecita de: “A ver que te vea bien, date la vuelta”, esto es un gran error, porque pensamos  y lo peor, sabemos, que nos estáis comparando nuestro culo con el de la Bunchen que evidentemente es mejor, al menos en mi caso, que el nuestro propio. Así que, cambiad de idea, porque nos jode.

Hay otro momento muy crítico en nuestras vidas que es ese en el que estas tan indecisa, y no sabes que ponerte ,porque pruebes lo que te pruebes, todo te queda mal, estrecho o te lo ves macarra. Te cambias más veces de ropa que Madonna en un concierto y tu vestidor termina como el Bershka en rebajas, pero aun no sabes que ponerte. Ni lo sabrás.

Y haced la prueba, si habéis pasado esta primera etapa de indecisión total y os encontráis en la segunda, ahora viene otra duda ¿vestido o vaquero? Y por favor aquí sí que yo, me abstendría de saber la opinión de mi pareja porque no os vaya a suceder lo mismo que a mí cuando pregunté: “Amor, ¿qué te gusta más el  vestidito azul de ayer o este vaquero pitillo?”y me respondieron, que,” la que esta buena esta buena y da igual lo que se ponga, por cierto, no tienes otra cosa que te quede mejor?”.

Por favor, os ruego hombres de Dios  que tengáis piedad ,asi que de vez en cuando mentid, y no seáis tan puñeteros. Porque además una cosa que no me queda claro, la que esta buena vestida con un saco papa,¿ sigue estando igual de buena?. Unifiquemos criterios.

Otro consejo, chicas, cuando acudáis a un evento en sociedad yo personalmente he renunciado a preguntar ¿Cómo me ves?, porque como te respondan: “Mira se te ve, como ella”, y la como ella sea bastante peor que tú,  se arma la de Cristo. Esto es un arma de doble filo porque como ella esté bastante mejor que una misma, te amarga la velada y puedes acabar el resto de la noche metiendo barriga sin poder respirar. Mejor no preguntar.

Otra conducta a evitar es la típica pregunta, ¿se me ve gorda? ,porque te pueden contestar,» hombre no eres una sílfide pero das el pego». Los hombres no tienen sentimientos, a la vista está.

Y ya para terminar, el tema tacón, que les encantan a ellos, porque, como se nota que no se los tienen que poner, acabarían todos en traumatología,  y no se te ocurra quejarte después de pasar cuatro horas subidas a ellos , ya que lo más normal que te digan sea ¿ para qué te los pones?.

Puedes ir con unos Jimmy Choo ideales o unos taconazos de Nuria Cobo que ni te miran ,pero el día que decidas no ponértelos porque estas hasta el moño del glamour, y te calces tus manoletinas, te dirán :»¿Que bajita eres no? Las mujeres no sois nada sin vuestros tacones».

Ahora sí, ellos ,que tienen sota caballo y rey en prendas de vestir , no entiendo como no nos entienden con nuestros trapos y nosotras tampoco os entendemos, porque, si sois tan listos ¿porque nos preguntáis y dudáis tanto con el color y el modelo de la corbata?, total es un trocito de tela.

Y además yo tengo una conclusión, y es que si a tu pareja nunca le gustas lo que llevas puesto será, porque presuntamente prefiere siempre verte desnuda.

Que lo sé yo porque me lo ha dicho un pajarito.

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Y a vosotras, ¿os pasa lo mismo?

Amor fugaz

Yo viajo sola. No esta tan mal, salvo ese incómodo momento en que tienes que cargar con la maleta, y vas con prisas, y yo, siempre voy corriendo, ese incómodo momento en que tienes que comer sola y ese incómodo momento en que te aburres tanto que tienes en tu cabeza la canción odiosa de la pasta dentífrica y no te sale otra.Salvo esos momentos, yo prefiero viajar sola.

Mi experiencia me aconseja: Hay que buscarle el morbo al asunto. Lo que es aprovechar el tiempo. Que si entre escala y escala te haces amigo del del asiento 3 H a la ida y del 8J a la vuelta, mejor.Si es un cañón mejor que mejor. Y si te lo ligas: «chica, ya has triunfado», el viaje se te pasa en un santiamén. Planazo.

Yo llevo a la práctica la máxima de enamorarme fugazmente en los medios de transporte, y además me enamoro de una forma muy importante. A ver no me malinterpretéis, si tenéis que, por ejemplo, coger el metro y te cruzas a las mismas horas con las personas de siempre y varias veces al día, es normal que esas miradas al final sean de amor.

No es como ligar con tus tacones de diez centímetros en tu local preferido atestado de petardeo pero se le parece. Al final acabas hablando de gilipolleces.

Vas en un avión y en vez del súper atractivo madurito del 5-A pasillo te toca al lado el pasajero mas pejiguera que lo más interesante q te pregunta es si viajas por negocio o por placer.» Viajo porque hoy no tenía nada mejor que hacer. Y no me molestes que en este viaje me voy a enamorar dos o tres veces».

Y es que el enamoramiento fugaz es lo q tiene, se sobreactúa y se exageran las virtudes, y te empiezas a imaginar un universo paralelo que distorsiona la realidad presente 100%, y seguro que el separado que está en su peor momento te lo imaginas como el tio más divertido que has conocido y que te va a hacer reír una barbaridad, cuando lo que en realidad haría, es contarte su proceso de separación remontándose al día que conoció a su ex comiendo palomitas en el cine.

Y el que te imaginas como perfecto marido de casa que te arregla las chapuzas justo forma parte del 10% chungo de hombres que no saben ni poner una puntilla. Pero ahí está el ideal.

Y el que ves de refilón monísimo, (porque tampoco es plan de volver la cabeza cual niña poseída del exorcista), es horrible y todo lo que  tenia de melenón por detrás ya no lo tiene por delante. Da igual. Monísimo, «es que no veo bien» se excusa una.

Pero bueno, el aburrimiento es lo que tiene, que acabas viendo cosas donde no las hay, y si, ya sé que no hago cosas muy normales, pero siempre acabo haciendo igual. Y un consejo: para los que os da miedo viajar en avión, os perdéis siempre lo que de verdad mola. Y me abro ya, que llego tarde y el tren como el amor solo pasa una vez en la vida.

NOTA Este post ha sido escrito para la revista Southchic, y desde aqui quiero darles las gracias.