Solterones de oro (I)

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Clarasó, Noel: «Todos los hombres tienen una mujer en el pensamiento; los casados, además, tienen otra en casa.»

Existe sobre la faz de la tierra un grupo de hombres selectos, adultos, educados, pulcros , nada sentimentales , que no tienen dos calcetines iguales y que cocinan la mejor receta de Pollo a la cerveza del mundo: los solteros.

Son los desparejados del universo, aquellos que solo se planchan las camisas por delante, los que aplican el desodorante en spray en los calcetines sucios o los que te dejan un post- it en tu despacho con medio cerco de taza de café.

Son aquellos hombres tan apañados, tan limpios y ordenados que inventan y tienen su propio código secreto de “como parecer que tengo una casa limpia sin tener ni puñetera idea”.

Una vez le pregunte a una amigo mío soltero que cuanta frecuencia limpiaba su casa y me respondió que una vez por novia. Claro que era aquel mismo que pensaba que el programa de prelavado era el tiempo que pasaba la ropa sucia esparcida por el suelo antes de meterla en la lavadora. El, como que no se tomaba la limpieza muy en serio.

Si un soltero te invita a cenar a su casa y está todo reluciente y limpio. O una de dos, tiene a una asistenta del carajo (uy perdón que esto es el Diario de Sevilla) no tránsfuga y fiel heredada de su madre , o estás viviendo un espejismo.

Si huele superbién, y a superlimpio, tipo velas de vainilla, no es frescor autentico, es camuflando el verdadero, porque ¿si después de cenar se va a ensuciar todo, para que limpiarlo antes? No hace falta aplicar directamente el limpiahogar al mobiliario, basta con difuminarlo por todas las estancias, el olor a limpio permanecerá, y el engaño, también.

Si la cena es suculenta, tendrá un libro escondido en algún lugar tipo Recetas con sobras de toda la semana, asi que imagínate el mix que vas a cenar que van desde restos de tupper de madre a restos de envasados, lo mismo da que da lo mismo. Y si se atreve a cocinar algo más elaborado y te sabe raro la excusa que te dará, que ha seguido las instrucciones pero que le parecían tan sencillas que no le hacía falta ni seguirlas.

Son también aquellos que se tienen como tecla rápida en su móvil. nº 1 Mama, nº 2 Telepizza, o a los que ni se te ocurra llamarlos en medio de un partido de futbol, porque te dirán que están en una reunión muy importante.

En fin, queridos y amados solteros, hacernos el favor de aplicaros un poco más en las tareas domésticas y hacernos el favor también, de evitarnos que, al brindar con nuestras copas en vuestras fiestas y alzamos las miradas al techo tengamos que ver vuestros gayumbos blancos abenderado colgados de una lámpara.

Y otra cosa, en Mercadona hay más pasillos que el de Congelados y Bebidas. Y ya sabéis chicas, si queréis ligar, todas a la caja rápida, overbooking de singles.

Hala.

Pd dedicado a todos los singles masculinos con mucho amor y alevosía. Y aquellos cuatro

locos .

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7 thoughts on “Solterones de oro (I)

  • 9 diciembre, 2012 at 3:41 pm
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    Jajajjajajajaj, ingeniosa como siempre. Yo ( mi asistenta ) mientras la crisis me lo permita limpio ( limpia ella ) cada dos semanas. Y planchado, x lo que tengo q tener ropa para 15 días. En tema cocina funcionan muy bien los tupper de omaita y los «calentar 5 minutos y listo». Sobreviviendo q no es poco. Bss a la bloger y a sus seguidores/as.

  • 9 diciembre, 2012 at 4:51 pm
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    Solteros como grupo social que comparten todas estas características… Aunque viendo a alguno por ahí, más que grupo, lo llamaría tribu.

    Un beso! 😉

  • 9 diciembre, 2012 at 6:29 pm
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    A mi se me da genial hacer las camas, hacer ensaladas y doblar la ropa. Odio cocinar y planchar pero no me quedaba otra que sobrevivir al «tengo que hacerlo» cuando vivía solito.

  • 17 diciembre, 2012 at 7:59 pm
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    Rubia…así me gusta, poniendo orden como debe ser. Muuuaacks.

  • 15 enero, 2013 at 11:47 pm
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    Con la edad se llega a comprender que no se está soltero, sino que se es soltero. Con los años aprendes a cocinar, limpias la casa todas las semanas y dejas de comprar camisas porque te da pereza plancharlas… y aunque ellas suelen decir que es nuestra prenda más favorecedora, para vestir santos no deseamos arreglarnos. Ojalá con la esperanza se perdieran las ganas, pero es al revés. Entonces como en un matrimonio con uno mismo te limitas a «hacerlo» una vez a la semana y evitas despertar el hambre.

    No se vive mal así… al final acabas por creerte que eso que llaman amor es una cosa que te contaron de pequeño como el Ratoncito Pérez. No es que seamos inmaduros, es que para esto no vale la pena crecer.

  • 20 febrero, 2013 at 2:58 pm
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    jajaja siiii yo voy tb al de ensaladas preparadas!!!! que haria sin mercadooona mercadona

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