Primavera Style.

no me entiendas

Han llegado las fiestas primaverales y me vuelvo loca. Me desatino, me vengo arriba y me posee ese espíritu primaveral inmune a las críticas que me hacen verme como un auto cañón, me pongo lo primero que me viene a la mente y automáticamente mi lado selfi hace el resto. Anda que no me sube la moral ni nada creerme que tengo un fachón de infarto y unos cuantos kilos de menos cuando en realidad lo que tengo es un cuerpo cilíndrico, y unos kilos de más que vengo acumulando desde navidad con torrijas a juego.

Yo no sé si es la astenia primaveral, los cambios de temperatura o la estupidez humana, el caso es esta época del año que en lo que a estilismos se refiere mejor que te aconseje una amiga al vestirte porque meteduras de pata, las hay, yo creo que es culpa de los antiestaminicos o de las mezclad de medicamento para mantenernos dopadas y ocupadas.

El caso es que si en este tiempo caen dos gotas pero hace calor, me copio el estilismo de Kate Moss en Gladstonbury de hace unos años  pero a lo celebriti cutre, un rollo mañanero de ciudad falso festivalero, bota de agua a la rodilla, pantalón corto de playa y rebecon que te crio, el mismo que tenías para estar en casa en todo el invierno y que de repente no se sabe porque lo conviertes en la prenda estrella de tus looks, a todos nos da por algo.

Y es que o nos pasamos o no llegamos, nos vestimos como el tiempo, revuelto, una mezcla de invierno verano, que si por abajo aciertas con sandalias , por arriba te mueres del calor con la sudadera arrumbada del otoño pero que ahora te soluciona el look; un querer y no poder ; o que me dices de las camisetas de tirantes con perfecto de cuero ahí encajado en la axila rollo imitación del Festival de Coachella, pero a lo chino que acabas con unos ronchones que ni la varicela en sus mejores momentos. Una pasarela de calle en la que el carril bici es tu alfombra roja.

Asi que unos consejos de esta estación propia cambiante y a tener en cuenta,

–          Es primavera y eso de viva el amor que no se nos vaya de las manos y convirtamos nuestras vidas en un amor desenfrenado lujurioso aunque la verdad, depende de con quién y para que, si.

–          No te compares con tu vecina buenorra machaca del gimnasio porque aunque una misma nos creamos que en dos semanas podemos, es una auto estafa que debería estar tipificada como falta muy grave a la verdad.

–          Y ante todo, vestirse adecuadamente y no más mezclas imposibles tipo turista japonés, bomber militar con sandalias y calcetines, por muchos mix que nuestra querida Carrie haya hecho y nos sintamos inspiradas y dejemos las mezclas raras para el fin de semana rural que nadie te ve .

Preparadas para la primavera pues, porque tendremos saturación de looks  de egobloggers en instagram, y pensad que vamos a estar asi hasta el verano, pero claro, yo ya os he hecho a la idea y os he advertido.

Mas aqui! y mas moda aqui!

 

 

One thought on “Primavera Style.

  • 23 abril, 2014 at 7:08 pm
    Permalink

    Un post muy bueno, que tiene aplicación también para los hombres. Llega la primavera y los cuarentones machuchos con cuatro pelos en la testa y tripa cervecera intentan parecerse a los veinteañeros cardándose tupés imposibles y embutiéndose en unos super skinny fits comprados en Lefties o Pull&Beer (sic.) Los años les han puesto caras de diáconos tonsurados pero no hay espejo más mentiroso que el autoengaño.

    Sí, sí, lo confieso… a mí también me ha ocurrido. Esas tardes de sábado de soltería en las que quieres cambiar tu vida en un departamento de Inditex. Como en las películas el cambio de imagen lo empiezas abandonándote en manos de una estilista desconocida a la que encargas con audacia: «Haz lo que mejor creas», después estrenas el look en el mismo coche con el que te has ido al centro comercial más remoto donde no esperas encontrar a ningún conocido… pero siempre, siempre, encuentras a uno que se queda mirándote con cara de «Es o no es fulano». Le sonríes y dices cualquier tontería… A las dos horas te empiezas a sentir incómodo, entonces tropiezas con los espejos que cubren un pilar de la sección de pescadería y te ves allí, disfrazado de adolescente, con el rostro surcado de arrugas, la frente que llega hasta la coronilla y un vacío abismal que no has conseguido colmar con la euforia de un cambio de estilo.

    A la mañana siguiente miras tu armario y ves que la mayoría de las mujeres en las que te has fijado unas horas antes tienen menos años que tu primera americana. Dejas en un rincón las prendas del arrebato eufórico para ir al campo e intentas olvidar otra mala tarde de sábado.

Comments are closed.