Súper- soltera.

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Si me hago una comparativa con el resto de personas que acuden en masa a comprar a un Super un sábado cualquiera, yo soy la solterona. Y de las buenas, de las solteras de las de verdad. Que aunque me imitase a mí misma no me saldría tan bien.

Hay ciertas etapas en las edades de la mujer que, sinceramente, son telas de chungas. Es ese periodo temporal en el que, una de dos, o te pones a cenar tu sola cual vecina ida de olla haciendo un simulacro de su hipotético revolcón, inspiración vía ‘La ventana indiscreta’, o te armas de valor, te pones tu conjuntito más cutre, con gafitas y cola incluida, y te lanzas al super porque esa noche te apetece a ti cenar bien. Sola, bonita, pero es  tu noche.

Y ahí estas tú, que vas al super con la cabeza muy alta y la dignidad muy baja, al pasillo de los singles, el de los congelados y precocinados, ese en el que tu entrada triunfal en el mismo es directamente proporcional a las probabilidades de cruzarte con don Perfecto y doña Perfecta; esa joven pareja, de compras, que hasta el carrito hace juego con la sudadera de él.  Ellos son dos, y tú eres uno.

Y no me digáis que, por mucho que huyas de ellos, a los branyolines del super de barrio te los vuelves a encontrar, ella en tacones y tú en botines, ella es guapa, y tú te sientes guapa a tu manera, o sea, fea. Y esta situación se repite a lo largo de todo el circuito. Corre, porque tu mundo interior está a punto de desmoronarse cuando si tu compra estrella se reduce a pienso para cachorros, hamburguesas congeladas, tampones  y tetrabrik de leche individual, y  eso es lo más parecido a una cena para dos, cuando mires la de la parejita (vino, queso y velas perfumadas para la casa) te entran ganas de vomitar.

Y si no te das por satisfecha, cuidadito al salir, porque probablemente una simpática azafata te ofrecerá un cupón para un viaje para dos, así que a partir de este momento tienes dos opciones: morir de hambre sin pisar nunca más un Super, o echarte novio, que nadie te lo quite e irte a comprar los sábados con él la cerveza para que él se la beba en el partido del domingo.  Valiente mamón  el tío.

PD Dedicado a  Sevilla Trendy. !!!