Tocada y no hundida.

PATRCIA BUFFUNA-SILVIA DE CARRION

Hay muchas formas de acudir a una boda, y no voy a hablar de estilismos puro y duro, sino de ese complemento que causa furor  hoy en dia que puede ser que no seas nadie si no lo llevas y que de tan de moda están: Los tocados.

No hay mayor perversión que tener todo tu conjunto bodorrio completo que te has currado durante aproximadamente al segundo desde que te comentaran el feliz enlace y que al final estropees tu outfit con un, ¡oh, me ha pillado el toro este mismo me coloco! y tiramos palante. No señores esto no puede ser.

¿Existe un protocolo de tocados? Pues nadie lo cumple.

Para empezar,  si tu pareja es más baja que Torrebruno, por  delicadeza a los cánones de belleza no nos pongamos un tocado que nos haga parecer que de lejos al enlace llegamos solas porque a nuestro acompañante ni se le ve o se le vera diminuto cual punto perdido en el planeta y se sentirá, sabéis como son los hombres diminuto en todo.

Si nos hemos decidido por un modelo original nivel, que tú te ves muy mona y tu marido te pones cara raras cuando le preguntas , huyamos por favor de tocados que no se sabe muy bien que son exactamente, tipo experimentaciones con pájaros disecados cual atrezzo de escaparate chino porque se pueden estar refiriendo a ti durante toda la celebración como la pajara por aquello del nido en la cabeza, y la verdad, cari, una cosa es que una en sus ratos libres haga lo que le dé la gana y otra muy distinta que tu reputación sirva de chiste en las copas.

También las hay muy dadas a pamelear todo el tiempo, y entienden el protocolo de llevar pamela hora límite las 18:00 horas pero del dia siguiente, y acaba la pamela destrozada y siendo la protagonista de todos los selfies habidos y por haber de la corta historia de los mismos y objeto de culto de los ebrios lugareños de tan singular evento wedding.

Y para terminar y como broche de oro final, no es por nada pero aprende a decir no a tu mejor amiga que inocentemente se ofrece como voluntaria costurera y te coloca un canotier con un envoltorio de rejilla de cebollas, cuatro flores que ha cogido de paso, dos plumas del parque, tres perlas de un collar y lentejuelas a tuti plein porque para experimentar guapa, con una Nancy y acabamos antes, y lo mejor, que ni te toque con un tocado, porque te hunde en tanto intenso furor por diseñar. Asi que, por el amor hermoso, tocada pero no hundida, una coronita de flores, una diademita, osea, lo normal.

@nomentiendas y www.beautyandactuality.com