Más tarde o temprano llega ese día… Malabares emocionales.
Ese día llega sin aplausos, sin redobles de tambor, sin tachán, sin likes, ni nada de lo que esperabas… porque siempre creyeron que te ibas a creer todo. Spoiler: No. Es al revés
Simplemente te descubres sentado, viendo cómo todas esas canicas de cristal emocionales ruedan por el suelo sin tu intervención. Ni te agachas ni te sobresaltas al clin clin clin. Y lo curioso es que nadie corre a recogerlas, porque en realidad nunca fueron tuyas. Ahí entiendes la gran broma: tanto tiempo gastado en malabares para un público que ni miraba.
Entonces la vida es como la canción ¨I Started a Joke del grupo Bee Gees¨, esa tan de cafetería de otoño triste con hojas marrones cayendo a tu alrededor, mientras lloras y él te mira; y que dice:
Empecé una broma, Que hizo llorar a todo el mundo
Pero no vi,
Que la broma fue sobre mí.
Comencé a llorar. Que hizo reír a todo el mundo
Oh, si solo hubiera visto
Que la broma fue sobre mí.
Y en ese instante, puff, claridad. Se abre el cielo de tu mente. Como cuando te das cuenta de que estabas jugando ajedrez mientras los demás hacían damas.
Ese instante en que ya no confundes “me contestó rápido el WhatsApp” con amor eterno.
Cuando entiendes que “me habló porque estaba aburrido” no es lo mismo que interés real.
Descubres quién te quería como persona… y quién solo te usaba como Uber Eats emocional.
Dejas de mendigar presencia y valoras tu ausencia, dejas de hacer casting para un papel que ni siquiera podrías interpretarlo aunque fueras el mejor.
Así que sueltas todo… y, sorpresa: el mundo sigue girando. Eso sí, ahora los malabares los hace cada quien con su propio desastre, como siempre debió ser, no tú con los de los demás y si se pierde la canica, que la encuentren otros. Ahora sueltas tú las canicas que caen al suelo y resulta que no pasa nada. El mundo no se detiene por nada y tú por fin, te ríes y no lloras.
Aprendes a quedarte donde eres valor, no conveniencia.
La calma pesa menos que el circo de aparentar equilibrio, no cuesta esfuerzo, y lo mejor: el mundo sigue girando como si nada… sin necesidad de que andes haciendo malabares gratis para un público que ni aplaude
Así que calma, porque si alguien solo te escribe cuando se le cae el WiFi… que reinicie el router, no tu corazón.
Y quien no valore tu presencia… que haga fila para mendigar tu ausencia.
Bienvenidos a la no calma universo No me entiendas, solo quiéreme, donde el manual de uso nunca existió.
Dedicado a mi amiga Rosina Montes, la mejor soprano del mundo mundial.